miércoles, 31 de agosto de 2011

VIAJE AL SEXO


“Alejandro y María por fin van a tener el día que tanto han esperado. Una noche de copas conforma lo que será una noche de gran euforia y de desenfreno, en donde cada uno de los dos desplegara todas sus energías desde hace mucho tiempo”

María es una bella mujer, conocida en el mundo de la farándula como una gran modelo, que ha participado en un sinnúmero de  desfiles y catálogos publicitarios. Su gran tradición en las pasarelas y su cuerpo de  medidas perfectas “90 60 90” la hacen ver como una de las modelos más bellas y cotizadas del medio.

Alejandro, estudiante de Arquitectura de una universidad pública al noroccidente de la ciudad, conoció a María por casualidad en un bar, en donde por cosas del destino la flecho desde el primer momento, cuando él estaba sentado a 5 metros de ella. Su mirada de búho, la cual no retiraba ni un minuto de su linda cara,  y a la vez contemplaba su escultural cuerpo, sorprendió a María, quien estaba acompañada de otra mujer, que también era hermosa, pero fue María la que  flecho su corazón hasta lo más profundo del alma. Su conciencia le decía que era el momento de actuar, era la mujer de su vida, algo al interior le dijo que había que hacer algo por conocerla, pero su gran timidez lo ataba como a un reo en su lugar de reclusión.

Pasaron 40 minutos y Alejandro, decidió pedirle al mozo del sitio, un trago de licor más fuerte, que lo desinhibiera de esa carga que no lo dejaba acercarse a ella, opto por un trago doble de Brandy, el cual se llevó a la boca en dos segundos.

María, consciente de que este tímido hombre la miraba, se reía con su acompañante y volteaba su rostro moviendo al mismo tiempo su cabello, dándole muestras de aceptación a los coqueteos de aquel  joven, pero se mantenía en su lugar esperando a que algo por parte de su enamorado ocurriera.

Tres copas más de brandy, hicieron de Alejandro un súper héroe, o quizás, se sentía el hombre más apuesto del mundo, ya los miedos plagados en su cerebro, fueron bañados por las copas de licor, que lo llevaron a acercarse a ella y le dijo: “deseas bailar conmigo esta pieza” María  un poco apenada, acepta la invitación de aquel hombre que la tenía entre sus cejas toda la noche. La canción, un vallenato, “el ritmo musical más apropiado”  decía Alejandro mentalmente.  Llegando a la pista de baile del concurrido de bar, la sujeto abrazándola por la cintura,  empiezo a mover su cuerpo, como ninguna vez lo había hecho, era la canción que nunca había bailado, cada movimiento , contrastado con el ritmo de la música se le hacían eternos al tener a esta hermosa mujer casi abrazada, junto a su cuerpo, le generaba sensaciones inexplicables, su lengua un poco tiesa por los efectos del alcohol, balbuceo “ cuál es tu nombre” ella le respondió sin temor  “María Gómez” el con vos ronca le respondió  “ yo soy Alejandro, Alejandro Pérez”.

Luego de aquel baile, María invito a Alejandro a que lo acompañara a su mesa, su amiga, otra modelo de profesión se marcharía en pocos minutos, lo cual haría propicio aún más el acercamiento de ellos dos.

Pasaron treinta minutos, y de aquel tímido joven no quedaba rastro.  Parecían una pareja de enamorados que llevaban juntos  algún tiempo. La botella de vino que habían ordenado estaba menos de la mitad, lo cual se reflejaba notoriamente en el rostro  de Alejandro, sus ojos estaban rojos y las palabras las tartamudeaba, ella un poco menos alicorada que él , lo escuchaba atentamente, y este le decía “eres la mujer de mis sueños, siempre soñé con tenerte a mi lado, compartir contigo toda mi vida” seguidamente después de su romántica declaración de amor, el sujetó la mano derecha de la bella dama y acerco su rostro al de ella y beso sus grandes labios.  Ella sin oponerse respondió al acto que había hecho él y le dijo “Alejandro, yo también esperaba este momento, siempre había soñado con un hombre como tú” exclamo.

El tiempo fue avanzando hasta que al inicio de la madrugada, María, le dijo” porque no mejor nos vamos para mi apartamento, allá tengo una buena botella de vino” Alejandro sin pensarlo por un segundo acepto a la petición de ella, diciendo “claro que sí, vámonos para allá”

En el transcurso del camino Alejandro pensaba en aquel momento que de pronto iba a ocurrir, contento y sonrojado,  pensaba en tener aquella dama en sus brazos, en acariciar su exuberante cuerpo, en hacerla suya y desenfrenar ese gran deseo que ella le provocaba.

El apartamento, ubicado al suroriente de la ciudad, era en un barrio exclusivo, el edificio constaba de 20 pisos, del cual el último, era el pent-house en donde vivía aquella dama.

Con un poco de dificultad, debido a las copas de licor que había ingerido, María pudo abrir la puerta del apartamento, en donde Alejandro se quedó aterrado al ver tantos lujos allí dentro, porcelanas, cuadros, un balcón con una hermosa vista a la ciudad,  hacían de este lugar, un sitio que nunca lo había visto en sus sueños.

María, se acercó con una copa de vino, y le dijo a el que la esperara por unos segundos, unos segundos que para el eran eternos pensando en lo que iba a pasar, su mente estaba irradiada de aquella dama, el solo hecho de pensar en ella le causaba una gran excitación, estaba decido a vivir  aquel momento con ella.

Pasados 20 minutos llego ella con una pijama ligera de color negro, que le llamo aún más la atención a aquel hombre hambriento.

Sentados en el tapete de la sala, conversaron un rato en compañía de  dos copas de vino, de un momento a otro, él se le acerco a ella y la beso de nuevo, fue un beso como nunca, el la besaba con gran efusividad  y ella le correspondía de igual manera, la mano de Alejandro se dirigió a la extremidad de la bella dama, lo cual le causo a ella una gran excitación, pero ella tajantemente le dijo “en este sitio no, vamos hacia mi cuarto”

Los dos cuerpos ardiendo como par de llamas se dirigieron hacia la habitación, el la sujetó de la cintura y la beso hasta llegar al punto de abalanzarse sobre ella, sus cuerpos estaban entrelazados  y acompañados de caricias y besos apasionados, Alejandro empezó a despojarse de sus prendas y seguidamente le quito la sensual pijama a su enamorada, ya era el momento que tanto esperaba , todo estaba listo para que se le cumpliera un sueño que tanto anhelaba, cuando un ruido estruendoso le llamo la atención.

Exaltadamente, en la cama abrió los ojos con un gran susto, y no vio a la hermosa dama por ningún lado, el ruido proveniente de un artefacto electrónico trunco de momento todos sus sueños. Aquella mujer famosa se había esfumado de su cama, ningún rastro había dejado en su habitación. Ya eran las 6 de  la mañana y el despertador le avisaba a Alejandro que debía de levantarse para dirigirse a la clase de  8 en la universidad.

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