domingo, 21 de agosto de 2011

Viaje al Sexo


Viaje al sexo

Era una noche de esas frías y lluviosas en las que lo único que se desea es un poco de calor humano para calmar la soledad y la falta de afecto, y fue ahí cuando sólo bastó una mirada para que ambos entendiéramos que quería el uno del otro, sobraron las palabras, nuestro cuerpo hablaba por sí solo, ambos teníamos esas ansias infinitas de sexo, mucho sexo, ya que no había cabida para el amor, ese extraño y confuso sentimiento estaba apartado, pero la lujuria y el placer sí estaban presentes en toda su expresión.

La noche fue corta e hicieron falta caricias y besos para aquella desenfrenada noche de pasión, donde a ninguno le interesaba quien era el otro, ambos sabíamos que por unos minutos éramos el uno para otro, lo demás no importaba, simplemente se vivía el momento para sentir y hacer sentir aquella sensación difícil de describir, pero tan deliciosa de sentir, esa muerte corta y lenta que lo único que queda después de todo son dos cuerpo sudorosos y llenos de energía para continuar con el segundo y hasta con el tercer round.

 Aún recuerdo esa noche, como si hubiera sido ayer,  siento tus manos recorrer todo mi cuerpo y las caricias de tus labios que no dejaron ningún rincón por explorar, todo nuestro placer,  deseo sexual y las ganas que sentíamos el uno por el otro se consumieron en aquel de motel, donde en medio de la oscuridad sólo se veían nuestra sombras que formaban una extraña pero excitante danza y se escuchaba nuestra agitada respiración.

Y al terminar la noche todo había acabado, los dos volvimos a nuestra realidad y sólo quedaba el recuerdo de una noche en la que sentí y viví cosas que nunca había sentido, sí, había vuelto a mi realidad, pero tu aroma había quedado grabado en mi piel y solamente  pensaba en el momento de volvernos a encontrar en aquel motel.


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