Experiencia estética Museo de Arte Moderno de Medellín.
Bajo tres pilares realicé mi visita a las tres exposiciones
que habían en el MAM: Conocer, recordar y aprender.
Exposición Malicia indígena.
En esta sala conocí cerámicas con formas e inspiraciones humanas,
de animales y vasijas. Imitaciones de la artista Mª Arango. Y bustos (con forma
de cabezas) que según encontraron en una bodega abandonada llenos de droga. Que
rico ser artista y “taparse de plata” haciendo esculturas, eso si traficando.
Recordé al humorista bogotano que con su talento criticaba a
los mandatarios de turno y también a los narco artistas y al narco dinero que
los norteamericanos tienen.
Aprendí a sentir el pasado como si fuera hoy, escuchar la
voz de Garzón en ese corto video me hacía sentir en una de sus presentaciones,
la falsificación de obras es esa opción que los museos de “cache” no aceptan y
los que tratan de ganar popularidad optan cambiando el nombre de obras falsas
por imitaciones.
Exposición Sortilegio
La sala sur era la encargada de exponer con este llamativo
nombre, objetos para leer la suerte será lo que me voy a encontrar, un poco
oscura, lejana y con un misterio perspicaz llamó mi atención, fue más mi
asombro cuando conocí sus rojas paredes, me deslumbré, iconos con plastilina,
icopor, madera, vidrio, plumas y cerámica me enseñaron un poco esa cultura
ancestral, a quienes adorar, humanos, objetos y animales. Ninguno para leer la
suerte, pero si fue una suerte toparme con formas eróticas de arte en memoria a
Germán A. García.
Aprendí que ninguna pieza artística deja a un lado ese
refinamiento y por ende el encanto de la salas en este caso la norte será
siempre visible a los ojos de un espectador abierto.
Esta visita no solo la aprecié yo, sino otras cuantas
personas que se regalan tiempo para devorar arte.
Exposición para tres circunstancias
Diciendo la verdad, el taller de fundición como se le sigue
denominando al espacio central del Museo en el momento de mi visita no estaba
prestando la exposición de el trio de circunstancias, pero como no quería dejar
de enterarme le pedí a una de las niñas de camiseta blanca que me contara un
poco, “tu te subes a la tarima, visualizas las partes que forman un cubo
perfecto, este es el primer momento, luego escuchas unos sonidos es el segundo
y al final sientes que visualizas las figuras geométricas y a la vez estás
escuchando la composición de Saúl Giner”. En efecto algo similar dice el poster
de la entada y dan fe las fotografías de la página del museo. 7 partes que
forman un cubo, espacios por donde las notas logran rebotar y llegar a los
oídos y al final un instante de esa mezcla donde el espectador intenta ponerse
en el lugar del artista.
Aprender de los momentos, las ideas y el flujo de destrezas
que emanan los artistas da una visión más amplia del mundo e invita a tener
nuestros instantes de creaciones.
Diana Carolina Munera Herrera
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